martes, 31 de agosto de 2010

A LA PROFESORA ROMINA MÓNICA SEVERO PÉREZ

La Sala de Estudiantes de Literatura lamenta el fallecimiento de la profesora de literatura Romina Severo ocurrido el pasado 24 de agosto de 2010, que como es de público conocimiento ocurrió tras ser víctima de un robo en Paysandú. Publicamos el homenaje realizado por los docentes de literatura del departamento de Paysandú que contiene el texto leído en la despedida  a nuestra colega.  


***


"Si para todo hay término y hay tasa
y última vez y nunca más y olvido
¿Quién nos dirá de quién, en esta casa,
sin saberlo, nos hemos despedido?"
(Jorge Luis Borges)

Sin saberlo, el martes de noche cuando vivíamos todos un clima de fiesta, para celebrar la
nostalgia, paralelamente, las sonrisas de tres niñas iniciaban un largo trayecto de nostalgia
por la presencia de su mami que ya no tendrían más, pues era segada la vida de nuestra
colega, compañera, amiga, pero su mamá, Romina Severo.
Para la crónica policial, era una noticia más, dado que tanto la frecuencia de este tipo de
hechos, como la modalidad misma con que fue atacada Romina, vienen formando parte de
nuestra vida cotidiana.
Hoy, en este momento, estamos acá justamente, para que no sea una noticia más.
Romina Mónica Severo Pérez:
mamá, esposa, hija, hermana, amiga, profesora de Literatura, adscripta sensible que
comprometió su mejor esfuerzo, mostrando una sensibilidad social muy marcada y una
comprensión profunda de, justamente aquellos estudiantes conflictivos y problemáticos…
Romina, portadora de una sonrisa profunda, una mirada iluminadora, una personalidad alegre,
positiva, constructora de vida…tuvo la extrema mala fortuna de que se le cruzaran en su
camino, dos malvivientes que, como rutina, suelen hacer esto, incluso en esos mismos
lugares, pero que, por obra del azar o del destino, tocó que esta vez quisieran cosechar allí…
y segaron así la vida de Romina.


“La Muerte tiene un triste gesto oscuro
que te regresa repentinamente
de la alegría de vivir. Tu frente
copia ese gesto, pero al modo puro.
La Muerte va sembrando, al pie de un muro
blanco con nombres, su letal simiente.
Se la escucha llegar, se la presiente
va desde lejos con su andar seguro.”
(Rafael Montesinos)

Decimos malvivientes. Y evitamos ex profeso palabras como menores o jóvenes, y aun
expresiones tales como “menores infractores” o “jóvenes delincuentes”. Porque menores,
jóvenes, son palabras que para nosotros, docentes que trabajamos con ellos día a día,
describen un colectivo de más de 600.000 uruguayos estudiantes, con los cuales tenemos el
privilegio de alternar y muchas veces la dicha de conocer sus almas, compartir sus luchas, su
forma de convertir sus problemas en logros, sus ganas de dar y recibir afecto, sus angustias,
su empuje para salir adelante, sus mejores energías, sus múltiples intereses y sus sueños…
En cambio, malvivientes que no han cumplido 18 años, hay en este país aproximadamente
unos 800, y, en esta ciudad… apenas 30.


“Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma... ¡Yo no sé!
Son pocos; pero son... Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros Atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.
Son las caídas hondas de los Cristos del alma
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.
Y el hombre... Pobre... ¡pobre! Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como charco de culpa, en la mirada.
Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!”
(César Vallejo)

¿Qué padres o qué figuras adultas deben responder por ellos? ¿Esperando qué hemos
venido nosotros a esta marcha? ¿Por qué estamos acá?
Estamos, para manifestar nuestro dolor. Pero no sólo para eso.
Estamos para elevar la voz de las víctimas, o sea, la voz de Romina misma, la de sus
pequeñas hijas, sus soles Victoria, Julieta e Isabella, la voz de su compañero Horacio, la voz
de sus alumnos, la voz de todos nosotros.
Estamos para demandar avances inmediatos en el tratamiento de un tema tan delicado y
complejo como es este. Porque la demora en la acción que lo encauce, está teniendo un
precio demasiado alto; porque no aceptamos seguir escuchando más de lo mismo: que “es
muy complejo”, que… “lo estamos estudiando”, que “tiene demasiadas facetas”, que “hay
señales de...”; porque exigimos que ninguno de nosotros, convocados aquí, pero tampoco
ninguno de los que no están hoy aquí, pueda irse cada noche a dormir tranquilo, si no avanzó,
desde su lugar, cada día un poco más, para abordar de una buena vez este problema.

“Tanto dolor se agrupa en mi costado
que por doler me duele hasta el aliento.
Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.
No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.”


(Miguel Hernández)

Romina: acá estamos, y estás tú con nosotros. Porque te hablamos con nuestros estudiantes,
porque tu rostro aún está asociado con el de ellos tanto como con el de nuestros compañeros,
porque dando clases te honraremos, pero sólo después de este momento, ya que ahora el
duelo nos movió a tener esta clase en comunión con todos, sobre un emergente no previsto
en los programas, pero que está en la tapa de la agenda de lo humano.


FUENTE: APLU

3 comentarios: on "A LA PROFESORA ROMINA MÓNICA SEVERO PÉREZ"

Anónimo dijo...

Hasta la próxima clase profesora!...buen viaje...

Anónimo dijo...

Excelente profesora y partidaria de una comunicación fluída que empezaba con una sonrisa que personalmente nunca olvidaré porque sonreía de solo verla. Honrado de haber sido su alumno en sexto año en el año 2007.

Anónimo dijo...

Existen personas en nuestra vida que nos hacen felices por la simple casualidad de haberse cruzado en nuestro camino...
Muchas personas pasan por nuestra vida pero solo muy pocas llegan a ocupar un lugar en nuestro corazón...orgullosa de haber compartido tanto momentos lindos junto a Romina en el año 2005,cuando cursaba 6to año en la cuidad de Guichón.

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