De Cervantes ni hablamos

Tan protocolar y festiva, España vivió un jueves diferente. Cervantes aparentó ser (como cada año) una marca registrada de un premio literario, y dejó de ser el gran creador, por lo menos en esta jornada.

Derechos de televisión mediante. Polémicas por uso de mercadería con el nombre de “Cervantes” como precedente, un día de la literatura hace detener los corazones de media España, de gran parte de Europa, y cada vez menos de una América y mucho menos de un Uruguay que habla de caños rotos, y goles violetas en la hora.

Aunque muchos se atrevan a discutir que es un momento de celebración del escritor de “El Quijote”, el jueves 23 de abril, el jueves de su recuerdo, primero tuvo un premio, luego un ganador, y por último su discurso. Juan Marcé, un casi desconocido para estas tierras ganó el tan preciado premio Cervantes.

En su discurso se despachó con la gran competidora del libro: la televisión. La televisión casi no anunció la victoria como una primicia, pues en el medio estaba la Internet para hacer llegar a cada hogar el discurso de Marcé.

De Cervantes, ya no hablamos. Tan protocolar y nervioso, Marcé se paró frente a un grupo de notables, con un papel en la mano. A sus espaldas los reyes españoles, y el Presidente del gobierno. Una confusión de gran error protocolar que quedó en el recuerdo, por encima de Marcé. La Televisión zafó de su crítica criticando entonces un simple equivoco que es presentado en los informativos nacionales como “el error en los Cervantes” antes de “Marcé glorioso” y mucho antes que “hoy se recuerda la muerte de Cervantes Saavedra” (Tele Cinco).

Es que de Cervantes ya ni nos acordamos.

“La televisión debería contribuir a reconocer… la variedad lingüística del país (…) Pero nadie se puso a pensar en la nefasta influencia de la televisión” expresó Marcé.

Lo cierto es que Marcé ganó el jueves el Premio Cervantes de Literatura, pero habló de televisión, de la necesidad de una diversidad lingüística, de la cultura, de Cervantes… Si, alguien se acordó de Cervantes en el día que se entregaban los premios Cervantes. Un día que justo coincide con el día del libro, que además coincide con el día que quedará en la historia como el día que un ganador del premio Cervantes criticó a la televisión. La misma televisión que pasó un error de protocolo. Que justo fue en la entrega de los Cervantes, donde siempre se lee el Quijote, porque hay que leerlo justo antes que se entreguen los premios.

Porque así lo exige la televisión que tiene los derechos.

Todo, y casualmente el día que enterraban hace muchos años, no importa cuantos, (ya casi no importa porque la televisión no lo dice), al hombre que escribió el Quijote.

¿Les dije lo bien que salió la transmisión de televisión on line del evento? 

Colaboración para www.estudiantesdeliteratura.blogspot.com del estudiante  Matías Rótulo (2B). 

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