viernes, 17 de abril de 2009

Entrevista a Jorge Arbeleche



El Centro Cultural de España (CCE) inauguró, el 3 de marzo, la muestra “Juana, escándalo en la luz”, un homenaje a Juana de Ibarbourou que reúne una valiosa y única colección de objetos personales, fotos y manuscritos de la poetisa uruguaya. Este homenaje se origina por los tres aniversarios que se cumplen este año 2009: los 30 años del fallecimiento de Juana de Ibarbourou, los 90 de la publicación de su obra “Lenguas de diamante” y los 80 de su consagración como "Juana de América". La exposición se podrá visitar hasta el 2 de mayo en el CCE, ubicado en Rincón 639. Luego, recorrerá el resto del país, haciendo realidad una preocupación particular de Tomás de Mattos, quien se ha fijado como objetivo que el área de Programación Cultural de la Biblioteca Nacional sea un espacio de coordinación de actividades que conecten a la institución con la comunidad, de modo que no sea sólo de Montevideo, sino que tenga la Biblioteca alcance nacional a través de las Casas de Cultura y de las diferentes bibliotecas del interior.


Jorge Arbeleche - Juana de Ibarbourou

    
Ud. dice en el reportaje que le hace “La Onda digital” a propósito del nombre de la muestra “Escándalo en la luz”, que ese nombre surge "porque hay un poema - que es uno de los más famosos de su juventud – que se titula “Rebelde” – y que desafía, precisamente, al famoso “barquero de la muerte” – a Caronte – y le dice: “Caronte, yo seré un escándalo en tu barca”. Nos pareció que la palabra “escándalo” era muy definitoria de esa Juana que irrumpe con su juventud, con su frescura, con una presencia luminosa. Porque toda su obra – especialmente la primera – es una obra con una presencia restallante de la luz, con un amor sin culpa, un amor donde no existe la noción de pecado. Y, entonces, a la vez que hay inocencia, hay también sensualidad, instinto, frescura, naturalidad."

¿En qué otros textos de Juana se observa esa luz? ¿Y el escándalo?

En “Vida–garfio” también se ven claramente esos aspectos:


“Amante: no me lleves, si muero, al camposanto.
A flor de tierra abre mi fosa, junto al riente
Alboroto divino de alguna pajarera
O junto a la encantada charla de alguna fuente.
A flor de tierra, amante. Casi sobre la tierra

Donde el sol me caliente los huesos, y mis ojos,
Alargados en tallos, suban a ver de nuevo
La lámpara salvaje de los ocasos rojos”.


La búsqueda de luz es constante en ella. También es interesante ver que Juana le había puesto “Caronte”
1 a “Rebelde”, aparece en sus manuscritos tachado. ¡Hay que atreverse a desafiar a Caronte! Eso demuestra su rebeldía, su empuje. Hay transgresión en su obra y en su vida, la transgresión está en desafiar a la muerte y en la forma de expresar el amor. Hay poemas en los que aparecen las palabras “orgía”, “lascivia”. En uno de los poemas más conocidos de Juana, “La hora”, muestra esa transgresión a los prejuicios de época ¿Quién en esa época se atrevería a ser tan franco?: 

“Tómame ahora que aún es temprano (…) 
Oh, amante, ¿no ves que la enredadera crecerá ciprés?”

Cuando ella le envió el primer ejemplar de “Las lenguas de diamante” a María Eugenia Vaz Ferreira
2, esta se lo devolvió a los pocos días diciéndole que ella no leía “indecencias”.  Es decir, “Las lenguas de diamante”, que hoy a alguna gente le puede parecer pacata, en 1919, era una transgresión. 

Delmira
3 fue otra transgresora, pero yo la concibo como transgresora a puertas cerradas, yo la imagino en un salón, con ventanas con cortinados espesos que no dejan ver la luz natural, el afuera…Juana transgrede al aire fresco, en contacto con el otro, en el afuera, en contacto con la naturaleza. Juana se resiste a la oscuridad, a la oscuridad de la muerte y busca incesantemente la luz.

Y no sólo en la obra muestra la rebeldía y es escandalosa, hay una anécdota que publica Diego Fisher que me parece interesante destacar: cuando la segunda Guerra Mundial - y acá hay un documento que Fisher reproduce – el embajador de Franco, de la España franquista, le envía una carta a ella – porque ella había firmado, e iniciado la lista de las firmas – una carta de escritores uruguayos que saludaban al primer ministro británico ganador de esas elecciones y que le solicitaban que incidiera en España  a favor de los españoles, especialmente de los españoles que estaban en el exilio, la “España peregrina”, que no podían volver a España. Entre ellos: Rafael Alberti, Margarita Xirgu y tantos otros. Y, entonces, el embajador español le envió una carta y le dice que se siente “muy ingratamente sorprendido” de ver su firma iniciando la lista de firmas y ella le responde de una manera, ¡con un coraje, con una fuerza, con un valor y con una energía!, diciéndole: “si usted me habla de sorpresas, de sorpresas and
o yo. Porque yo estoy sorprendida que usted tenga poco menos que el atrevimiento de escribirme”.

También le escribe a Miguel de Unamuno, por entonces rector de la Universidad de Salamanca, una carta acompañando ejemplares de Lenguas de Diamante para que se los entregara a los Machado y a Juan Ramón Jiménez… ¡Tenía 28 años! Se animó a dar ese paso, lo que demuestra su fuerza y su energía.


Sobre otro aspecto importante de Juana y su peso en la cultura uruguaya Ud. afirma:

Acá, en el Uruguay, hubo una etapa de negación – más que de negación, yo diría de “ninguneo” - porque si usted va a mirar las críticas, los estudios críticos de la época de la “generación del 45”, que fueron quienes, de cierta manera, la arrinconaron, la dejaron un poco aislada - no va a encontrar escritos sobre eso.

¿Puede explicarnos un poco más al respecto?

La generación del 45 fue tan hipercrítica que incidió en la nuestra también, en la del 60, y aún hoy se ve. Hubo excepciones, pero en general, eran muy cerrados a lo nuevo, a nuevos escritores, y con Juana hicieron algo más terrible que criticarla, porque no se atrevían a hacerlo directamente, simplemente, no la nombraban. Ni siquiera salió una pequeña nota acerca de la publicación de Perdida en el año 1950. Esta generación, con no nombrarla, la hace desaparecer, no existe, sin embargo, no hay una sola crítica negativa, simplemente, no la mencionaban.  Juana fue leída a nivel nacional e internacional, fue Juana de América. Es interesante que el mismo Ángel Rama considerara que Juana debería haber ganado el Nobel cuando fue proclamada Gabriela Mistral para dicho premio en 1945. Este dato es contundente: algo había entonces en su obra para la generación del 45, pero no lo decían.

También le hizo mucho daño cómo fue estudiada Juana. Juana es más que “La higuera”, que “El vendedor de naranjas”. La escuela cristalizó a Juana en una faceta y la agotó. Creo que esos dos factores fueron los que hicieron que hubiera esa resistencia solapada, ese murmullo, ese ninguneo.


¿Qué tienen de común Juana y Delmira? ¿Qué las distancian? 

El otro día un oyente interviene en una entrevista que me hacen y lo primero que dice esa persona es “A mí me gusta más Delmira” ¿Y eso qué tiene que ver? La poesía no es una competencia, la poesía es arte, estamos, como lectores, más cerca de uno o de otro poeta, pero el arte no es un problema de competencia.


Jorge Arbeleche, el poeta.

A propósito de esto que Ud. está desarrollando, voy a citar unas frases suyas que sacamos de contexto, contexto que no interesa ahora, y que para nosotros constituyen una metáfora acerca de la concepción y de la recepción del arte, independientemente de que no haya sido dicha con esta intención:

(…)No se tapa el vacío ni lo hueco con metros y metros de sábanas, porque la Poesía no puede nunca suplantarse por traperío, cuerdas y banderines. Cuando no se sabe qué hacer con la Poesía, no se la debe mancillar. Sólo hay que admirarla. Y para el ejercicio de la admiración se requiere el coraje y la humildad (…)

Tal cual, hay que ser menos soberbios, debe haber menos hybris4, cuando de arte se trata.

¿Qué hay de Juana en su obra?

Yo no veo tanto su influencia en mi obra. Ella tenía una gran percepción sobre el uso del adjetivo y me lo indicaba y aprendí mucho con ella, pero no me doy cuenta…hay quienes me lo han dicho…

La sencillez del lenguaje, la rebeldía frente la muerte, el gusto por lo sencillo…exorcizar a la muerte…

Sí, eso es cierto.

¿Cómo es el proceso de creación en usted?

Es extraño, yo creo en la inspiración, yo no puedo ahora ir y sentarme a escribir, algo me pasa y escribo, lo dejo, a veces por años, hasta que me viene a la mente algo y lo busco y ahí estaba, en esa instancia en que había anotado algo hacía 5 años atrás…Tengo un cuaderno en la mesa de luz en el que anoto esos flashes que me vienen a la mente…Cuando logro terminar un poema, siento una plenitud increíble, más allá de lo bueno, malo, o regular de lo escrito, sé que lo terminé, es lograr el sosiego de la obra finalizada.

¿Hace borradores?

¡Muchos! Pero no sigo con el texto tachado, lo vuelvo a escribir, comienzo de nuevo y necesito un espacio grande, una hoja de buenas dimensiones y sin renglones…

¿Cree en la teoría de la recepción? 

Sí, cada uno lee según su momento, no es lo mismo leer a Machado a los 20, que a los 50, aunque se siga teniendo la misma admiración. En general, no me he desilusionado con las relecturas, y hay varios niveles de lectura, cada quien lee como puede y es natural que cambie la recepción del texto según los años y según las circunstancias. 

¿Qué literatura prefiere?

La española, desde el Siglo de Oro en adelante, los clásicos, Homero…

A propósito de su obra, ¿qué nos puede decir de estos versos?:

"Nadie 
debería morir más allá de su puerta, 
Nadie 
debería morir 
lejos ni cerca. Debería.
Nadie 
        Debe."

 J.E.Rodó (1917) del libro Para hacer una pradera, 2000

Yo admiro a Rodó, su legado; lo respeto y considero terrible morir lejos de casa, de su casa, yo quiero morir dentro de mis 60m2, dentro de mi casa, es mi cobijo, es mi refugio…

Es interesante también, cuando Ud. recrea el poema de Juana, “Rebelde “, y Ud. le dice a Caronte: “no seré un escándalo”…, que plantea que quiere ser viejo, y se llevaría lo que realmente nos llega a los humanos y que olvidamos: la palabra tardecita, que contiene toda la fragancia de las tardes, el sabor de la misma y lo visual, la luz, esa luz que Ud. ve en Juana. ¿No hay entonces relación entre la luz y la rebeldía de Juana y la suya?

Sí, hay…

Jorge Arbeleche, el docente


¿Qué piensa de las Tics, de la introducción de la herramienta informática en las escuelas?

No soy afecto a la tecnología, yo aún escribo a mano y alguien me pasa mis poemas a la máquina, pero hay que tener presente que llegó para quedarse y que hay que emplearla.

¿Qué opina acerca de la enseñanza de la Literatura hoy?

La veo mejor que cuando ejercí como Inspector de Literatura. Había, en aquellos tiempos, una hipertrofia de la crítica y al joven hay que entusiasmarlo con la literatura, no hay que hacerlo un experto en un autor, en una obra, se le debe brindar un panorama general y entusiasmarlo, darle herramientas, pero no pretender que salga un erudito. Yo veo que está mejor ahora la enseñanza de Literatura.

Se jubiló joven…

Sí, se dio la oportunidad y me fui. Había cosas que no compartía de la reforma de Rama y me vino bien la coyuntura para poder jubilarme. Además, estaba cansado: la Inspección, el IPA, el taller de escritura.
Todo lo hice con mucho gusto, pero hay un momento en que algo nos dice que hay que retirarse y ese es el momento…
A mí me encantaba trabajar con 3º y con 6º de liceo, esa frescura de los estudiantes de tercero y esa madurez que alcanzaban en 6º,era una maravilla poder constatar esa evolución.



Uruguay Educa se va de la casa de Jorge Arbeleche con las imágenes de Juana en sus habitaciones, con manuscritos resguardados en vidrio y colgados como trofeos, con libros por doquier, con el aroma de la tardecita, con el sabor de un exquisito café y la paz de alguien que refleja paz en su poesía.

Uno se va satisfecho, pleno, supongo que como quien termina un poema, y con libros regalados y dedicados ¿qué más se puede pedir? El poeta y Uruguay Educa, exorcizaron la muerte y fueron luz.


 (1) En la mitología griega, Caronte (en griego antiguo Χάρων Khárôn, ‘brillo intenso’) era el barquero del Hades, el encargado de guiar las sombras errantes de los difuntos recientes de un lado a otro del río Aqueronte .

(2) Poetisa uruguaya nacida en Montevideo en 1874, perteneció a la Generación del 900, junto a Delmira Agustini y a Julio Herrera Reissig. Dedicada por algún tiempo a la docencia, fue designada para dictar la Cátedra de Literatura en la Universidad de Mujeres. Sin embargo, su precaria salud la obligó a abandonar su trabajo, falleciendo en 1924, antes de ver publicada su obra.

(3) Delmira Agustini nació en Montevideo, el 24 de octubre de 1886 y falleció 6 de julio de 1914. Formó parte de la Generación del 900.

(4)  La hibris o hybris (en griego ὕϐρις húbris) es un concepto griego que puede traducirse como ‘desmesura’ y que en la actualidad alude a un orgullo o confianza en uno mismo exagerados, resultando a menudo en merecido castigo. En la Antigua Grecia aludía a un desprecio temerario hacia el espacio personal ajeno unido a la falta de control sobre los propios impulsos, siendo un sentimiento violento inspirado por las pasiones exageradas, consideradas enfermedades por su carácter irracional y desequilibrado, y más concretamente por Ate (la furia o el orgullo). Como dijo Eurípides: Aquel a quien los dioses quieren destruir, primero lo vuelven loco.


Jorge Arbeleche (Montevideo,1943) es poeta, ensayista y profesor de Literatura . En 1999 recibió el Premio Nacional de Literatura. Es miembro de número de la Academia Nacional de Letras del Uruguay.
Algunas de sus obras son Sangre de la luz (1968), Los instantes (1970), Las Vísperas (1974), Los ángeles oscuros (1976), Alta noche (1979), La casa de la piedra negra (1983), El aire sosegado (1989), Ejercicio de Amar (1991), Ágape (1993), Alfa y Omega (1996).

Entrevista publicada y tomada de 
http://www.uruguayeduca.edu.uy

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